Pies Planos

Una persona tiene pie plano cuando el arco de la parte interna del pie está aplanado, lo que hace que la planta del pie entera toque el suelo cuando la persona está de pie.

El pie plano es una afección frecuente que en general no causa dolor, y puede ocurrir cuando los arcos no se desarrollan durante la infancia. En otros casos, el pie plano se presenta después de una lesión o por el simple desgaste de la edad.
A veces, el pie plano contribuye a problemas en los tobillos y las rodillas porque la enfermedad puede alterar la alineación de las piernas. Si no sientes dolor, generalmente no es necesario que recibas tratamiento para el pie plano.

Bibliografía: Mayo Clinic Family Health Book (Libro de Salud Familiar de Mayo Clinic) 5.ª edición

 

Síntomas

La mayoría de las personas no presentan signos o síntomas asociados con el pie plano. Sin embargo, algunas experimentan dolor de pie, en especial, en el talón o en la zona del arco. El dolor puede empeorar con la actividad. También puede producirse hinchazón a lo largo de la parte interna del tobillo.

 

Causas

El pie plano es normal en los bebés y niños pequeños, ya que el arco del pie todavía no ha desarrollado. En la mayoría de las personas, el arco se desarrolla durante la infancia, pero en algunas personas el arco nunca se forma. Se trata de una variación normal en el tipo de pie, y las personas que no tienen arco pueden tener problemas o no.

Algunos niños tienen un pie plano flexible, en el cual el arco es visible cuando el niño está sentado o en puntas de pie, pero desaparece cuando el niño está de pie. La mayoría de los niños superan el pie plano flexible sin problemas.

El arco también puede aplanarse con el paso del tiempo. Los años de desgaste pueden debilitar el tendón que se extiende a lo largo de la parte interna del tobillo y que ayuda a sostener el arco.

 

Factores de riesgo

Estos son algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir pie plano:

  • Obesidad
  • Lesión en el pie o el tobillo
  • Artritis reumatoide
  • Envejecimiento
  • Diabetes

Pie Valgo

El pie valgo es una deformidad compleja con muchos orígenes posibles. Sin embargo, la causa más común en los pies valgos es la degenerativa en forma de disfunción crónica del tendón tibial posterior no tratada.
Esta afección se presenta cuando los arcos no se desarrollan adecuadamente durante la etapa de la infancia, puede ser producto también de lesiones o desgastes propios de la edad.
Desde el nacimiento hasta que los niños comienzan a erguirse sobre sus dos pies y posteriormente a caminar, es común que el pie tenga apariencia de estar plano debido a que en la región plantar se encuentra un tejido adiposo que le otorga esta apariencia
Luego, cuando el niño cumple dos años el pie suele adaptarse a la marcha apoyada en el reborde interno, posteriormente a los tres años se da la aparición del arco longitudinal, el cual se desarrolla hasta los ocho años.
Este padecimiento no causa dolor en la mayoría de los casos y se puede notar cuando la persona apoya el pie y la planta entera queda en contacto con el suelo. Esta condición puede contribuir a que las personas desarrollen problemas en las rodillas y los tobillos debido a que este modifica la alineación natural de las piernas.

FUENTES: MAYOCLINIC, FISIOTERAPIA-ONLINE, ONMEDA

 

 

Piernas Arqueadas

Las piernas arqueadas (también conocidas como genu varum) son una curvatura exagerada hacia fuera de las rodillas mientras los pies y los tobillos se tocan entre sí. Son habituales en los bebés y en los niños pequeños. A veces, algunos niños mayores también las tienen.
Las piernas arqueadas no suelen ser un problema para los niños pequeños porque esta afección no les provoca dolor ni molestias. A los padres, les puede preocupar el aspecto de las piernas de su hijo o que tenga una forma extraña de andar. Pero las piernas arqueadas no repercuten en las habilidades de un niño para gatear, andar ni correr.

A veces, los niños con piernas arqueadas pueden andar con los dedos orientados hacia dentro (lo que se llama marcha convergente o pie varo) o pueden tropezar mucho y parecer patosos. Este tipo de problemas se suelen resolver conforme el niño va creciendo.

Si esta afección prosigue en los años de la adolescencia, puede causar molestias en los tobillos, las rodillas o las caderas.

Fuente: kidshealth.org

 

 

Rodillas en X

El genu valgo es la variación del eje de las extremidades inferiores, en el plano frontal, en la que existe un aumento del espacio entre los tobillos al mantener las rodillas juntas. Se conoce como rodillas en X o en forma de tijeras, de manera que las rodillas están muy juntas y hay mucha separación entre los tobillos. Durante el crecimiento se producen una serie de variaciones normales (cambios fisiológicos) y, además, diversas fuerzas actúan sobre las extremidades modificando su forma, dado que las estructuras de sostén articular están todavía en desarrollo. Finalmente, en torno a los 8 años se logra la alineación definitiva de las extremidades inferiores y el genu valgo se resuelve de forma espontánea.

Fuente: topdoctors.es

 

 

Callos

Los callos o callosidades son una patología muy frecuente y conocida entre la población, de hecho, alrededor de 3 de cada 10 personas los sufren casi a diario, pero…
Los callos o callosidades (también llamados hiperqueratosis plantares) son una respuesta de nuestro cuerpo ante un exceso de fricción y/o presión en determinadas áreas del pie.
Esta alteración en la piel es más extensa y superficial, y se caracteriza por tener los bordes sin definir y un color amarillento, que deriva del cúmulo de queratina en la zona.

A diferencia de los helomas (que crecen hacia dentro y son más profundos), las durezas se producen en las capas más superficiales de la piel y generalmente no provocan dolor o molestia.

Fuente: podoactiva.com

 

 

Heloma

Los helomas plantes son una de las lesiones benignas más habituales en la Unidad de Podología de Clínica Teknos tanto en su centro de Ourense como de Ribadavia. A diferencia de la verruga plantar, el heloma plantar es una lesión provocada por una hiperqueratosis en los pies, que crece desde las capas más profundas de la piel, lo que explica el color oscuro que suele presentar.

Los helomas plantares se caracterizan por presentar una forma redondeada con bordes claramente definidos y recubiertos de una callosidad que aparece cuando la piel de esa zona concreta recibe demasiada presión, ya que esta es una de las causas más habituales.

Aunque son lesiones totalmente benignas si pueden condicionar la calidad de la vida del paciente, especialmente en los casos más graves, ya que generan dolor e incluso cojera cuando la lesión es muy profunda. De ahí que desde las clíncias de podología insistamos mucho en la importancia de acudir al podólogo ante la mínima alteración en la forma de cualquier parte del pie o ante el mínimo dolor. Es importante controlar la evolución de estas lesiones en pacientes con diabetes para evitar que se conviertan en úlceras.

1. Calzado inadecuado: el calzado inadecuado, especialmente cuando es poco flexible puede provocar hiperpresión en la planta del pie y desencadenar helomas plantares.

2. Alteración biomecánica: una incorrecta posición del cuerpo, una alteración en la marcha o en la pisada puede provocar que al caminar se ejerza más presión en una parte determinada de la parte del pie en la que se acabará generando una lesión del tipo heloma. La mejor forma de evitar que esto ocurra es acudiendo de forma regular, al menos una vez al año al podólogo, para que realice una valoración general de la salud del pie y si es necesario, un estudio biomecánico. 

 

Tratamiento frente a los helomas plantares

El tratamiento frente a los helomas plantares consta de dos fases. Una primera fase en la que se realiza al paciente una quiropodia para eliminar la callosidad y la hiperqueratosis. Este tratamiento es completamente indoloro, pues se trata de eliminar tejido inerte. El tratamiento quiropodológico es importante, pero no suficiente, ya que el problema volverá a surgir si no se detecta el verdadero origen de la lesión.

Por ello, la segunda parte del tratamiento en la realización de un estudio biomecánico de la marcha para determinar si la posición del paciente es la correcta y descartar que alguna zona de la planta del pie esté recibiendo hiperpresión. En el caso de que este sea el motivo de la lesión, se recomienda al paciente la realización de plantillas personalizadas que evitarán no solo la aparición de esta lesión sino de otras que pueden ser más graves y convertirse en crónicas.

Fuente: clinicateknos.es

 

 

Juanetes

Los juanetes (hallux valgus) son una deformidad del dedo gordo, o del primer dedo del pie, que produce una protuberancia en el borde externo del mismo.

Las personas que nacen con huesos anormales en los pies son más propensas a que se formen juanetes. La afección puede llegar a ser dolorosa a medida que empeora la protuberancia, ya que, en la base del dedo gordo, crece hueso extra y un saco lleno de líquido.
Entre las causas que determinan la aparición de juanetes, los factores hereditarios son los más influyentes, aunque también pueden aparecer por reumatismos inflamatorios o por otras enfermedades del pie como los pies planos o los pies cavos.

Las mujeres son más propensas a sufrir juanetes que los varones. Esto se explica porque los tacones altos (a partir de 4 cm) pueden agravar el juanete, así como un calzado demasiado estrecho en el antepié (parte anterior del zapato).
Para poder prevenir la aparición de juanetes, los expertos recomiendan que el paciente utilice zapatos flexibles, sin demasiado tacón. Es aconsejable que sea un calzado que se adapte al pie sin que tenga una punta demasiado estrecha.

También es importante someter a los pies a baños de agua templada y sal para reducir la inflamación y utilizar apósitos que reduzcan la presión sobre el juanete si este ya ha aparecido.

Fuente: CuidatePlus.marca.com

 

 

Fascitis plantar

Es una causa frecuente de dolor en la planta del pie, sobre todo en la parte interna y en la base del talón.

Consiste en una inflamación de la fascia plantar, banda fuerte de tejido elástico que une el talón con la parte anterior del pie y que participa en el mantenimiento del arco longitudinal plantar. La fascia está sometida a tensiones estáticas por el propio peso corporal y a tensiones dinámicas durante la marcha, carrera y salto. Si estas tensiones son excesivas pueden inflamar la fascia y provocar el dolor.

Factores de riesgo: Sobrepeso-obesidad, deportes de impacto repetitivo sobre terreno inadecuado como correr, acortamiento de la musculatura gemelar de la pierna o del Tendón de Aquiles, posturas estáticas mantenidas de pie y más si hay sobrepeso, excesivo arco plantar, calzado inadecuado.

 

Medidas de prevención

Usar un calzado adecuado a la actividad a desarrollar (deportiva, laboral…) evitando que sea totalmente plano o de suela poco flexible, debe ser cómodo, ofrecer un apoyo adecuado para el arco del pie y una buena amortiguación para los impactos.

Realizar habitualmente estiramientos preventivos de la musculatura de la pantorrilla, tendón de Aquiles y fascia plantar como los indicados anteriormente.

Corregir el sobrepeso u obesidad si la hubiera.

Si hubiera una alteración del arco plantar -aplanamiento o excesivo puente- que iniciara sintomatología, convendría adaptar a título preventivo de fascitis unas plantillas ortopédicas como las indicadas anteriormente.

En el ámbito deportivo, además del calzado adecuado, calentamiento muscular y estiramientos previos, elegir circuitos de entrenamiento con terreno blando de tierra o césped, con estiramientos también al final de la actividad deportiva. 

Fuente: SEMI Sociedad Española de Medicina Interna

 

 

Pie hacia Adentro

Los niños que caminan con sus pies hacia adentro se describen como niños “con la punta de los pies orientada hacia dentro” o que tienen “intrarrotación”. Esta es una condición muy común que puede involucrar uno o ambos pies y ocurre por una variedad de razones.

Intrarrotación durante la infancia

Los bebés nacen algunas veces con sus pies hacia adentro. Esta posición hacia adentro ocurre desde la parte delantera de su pie y se denomina metatarsus adductus. La mayoría de veces se debe a estar colocado en un espacio reducido dentro del útero antes de que nazca el bebé.

Puede considerar que es posible que exista un metatarsus adductus si:

  • La parte delantera del pie de su bebé en descanso gira hacia adentro.   
  • El lado exterior del pie del niño está arqueado como una media luna. Esta condición generalmente es leve y se solucionará antes de que su bebé cumpla su primer año. Algunas veces es más severa o la acompañan las deformidades de otro pie que ocasiona un problema denominado pie equino.
Fuente: Caring for Your Baby and Young Child: Birth to Age 5 (Copyright © 2009 American Academy of Pediatrics)
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